A consecuencia de un lanzazo, ya entregado e indefenso muere el general Ángel Vicente Peñaloza, caudillo riojano de notable prestigio, apodado El Chacho, que luchó denodadamente para defender su terruño. Nació en el caserío de Guaja, departamento de la Costa Alta de Los Llanos (provincia de La Rioja), en 1799. Casado con Victoria Romero, riojana del pueblo de Tama, se unió a la causa que defendía el Chacho y se convirtió en una montonera más, peleando y arriesgando su vida en las luchas que ensangrentaron el suelo argentino durante el siglo XIX. Fue un caudillo y militar federal argentino, uno de los últimos líderes de esa corriente en alzarse en armas contra el centralismo de Buenos Aires. En noviembre de 1863, el vencedor Irrazábal lo persiguió hasta Los Llanos, pero mientras lo buscaban Peñaloza se rindió al comandante Ricardo Vera en Loma Blanca, paraje aledaño al pueblo de Olta, entregándole su puñal, la última arma que le quedaba. Una hora más tarde llegó Irrazábal y de forma vengativa lo asesinó con su lanza, y a continuación hizo que sus soldados lo acribillaran a balazos. Su cabeza fue cortada y clavada en la punta de un poste en la plaza de Olta. Una de sus orejas presidió por mucho las reuniones de la clase "civilizada" de San Juan. Su esposa, Victoria Romero, fue obligada a barrer la plaza mayor de la ciudad de San Juan, atada con cadenas.
Diz que Peñaloza es muerto yo digo que será así No se descuiden salvajes, No vaya a resucitar! (copla popular)
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