El padre de Ceferino fue el cacique Manuel Namuncurá y su madre, una cautiva blanca llamada Rosario Burgos. Fue bautizado el 24 de diciembre de 1888 por el padre Domingo Milanesio, considerado como el gran "Apóstol de los indios".
Se dice que en su infancia Ceferino sufrió un accidente que casi le cuesta la vida, al caer en las aguas del río Negro. Creció en las tolderías de Chimpay, aprendió a manejar las boleadoras, la lanza y el arco. Su padre lo preparaba para ser su sucesor, defensor de las tierras y de los pocos indios que integraban, por aquel entonces, su tribu.
Fue enviado a Buenos Aires para estudiar cuando tenía 11 años. Por recomendación del ex presidente Luis Saenz Peña ingresa al Colegio Pío IX, de artes y oficios en septiembre de 1897. Se adaptó fácilmente al nuevo estilo de vida y luego de un año estuvo en condiciones de recibir la Sagrada Eucaristía, sabía leer y escribir correctamente y tenía un gran fervor religioso. El ideal que lo acompañaría en su corta vida estaba en la perfección, en buscarla, encontrarla, poseerla y enseñarla al prójimo, siendo Dios la suma de todas las perfecciones.
Luego de asistir a una conferencia sobre las misiones patagónicas, decide ingresar al Seminario y se lo comunica a su protector y amigo, monseñor Cagliero. No deseaba ser rey del imperio de sus ancestros, sino sólo un ministro del Señor para educar y evangelizar a sus hermanos indios. Comenzó a tener problemas de salud por el cambio de clima y el esfuerzo puesto en el estudio. Por este motivo lo envían a la escuela agrícola de Uribelarrea, en la provincia de Buenos Aires donde recupera la salud. La mejora fue aparente y lo trasladaron a una zona más propicia para detener el avance de la enfermedad: a la casa central de las misiones de la Patagonia, en Viedma. Allí lo nombran sacristán del colegio, estudia latín y enseñaba a los niños del lugar.
Cuando monseñor Cagliero fue llamado a Roma, decide llevarlo con él para completar su restablecimiento y que continuara sus estudios en un ambiente ideal para sus propósitos. Llega a Génova el 10 de agosto de 1904. Alternaba sus estudios con visitas a la campiña y a los museos. Tiene una audiencia con el Papa con otros treinta padres superiores de las casas salesianas. Al terminar la audiencia, el Papa Pío X lo llama y le regala un estuche con una medalla de plata. Visita Florencia y Milán y regresa a Turín para reiniciar el curso escolar, pero su salud se resintió nuevamente.
Lo trasladan al colegio salesiano de Villa Sora, en Frascati, cerca de Roma. Su salud está cada vez peor y debe renunciar a sus estudios. Muere el 11 de mayo de 1905 en el Hospital San Juan de Dios en Roma.
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