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Foto del escritorBuen Dia Corrientes

CUANDO SARMIENTO VISITÓ A SAN MARTÍN


En Francia se entrevista con el general San Martín a quién admiraba, pero con quién tiene una discrepancia por la simpatía que el Libertador tenía por Rosas, dijo Sarmiento al respecto: “San Martín es el ariete desmontado, ya que sirvió a la destrucción de los españoles; hombre de una pieza; anciano abatido y ajado por las revoluciones americanas, ve en Rosas al defensor de la independencia amenazada, y su ánimo noble se exalta y ofusca”.

Sarmiento se alegra por haber podido encontrarse con San Martín quién lo trató amablemente, Las Heras lo había mantenido informado sobre la actividad del sanjuanino en Chile. Pero a pesar del clima de amabilidad, Sarmiento se ofuscó cuando San Martín se refirió elogiosamente a Rosas, entonces recurrió a su habitual método que consistía en distorsionar y despreciar a aquellos que pensaban de manera diferente, por eso trató de mostrar a un San Martín declinante que veía “fantasmas extranjeros”.

Precisamente el Libertador seguía sosteniendo las mismas ideas de siempre, por eso fue que apoyaba a Rosas ante la agresión de las potencias europeas, su sentimiento por el patriotismo latinoamericano estaba intacto, pocos días antes de esa entrevista le había escrito a Rosas diciéndole que la lucha que estaba librando era tan trascendente como la que se había luchado por la emancipación de España.

En esa reunión de Sarmiento con San Martín, éste a pesar de saber perfectamente con quién estaba hablando le dijo: “Pero al fin ese tirano de Rosas, que los unitarios odian tanto, no debe ser tan malo como lo pintan cuando en un pueblo tan viril se puede sostener veinte años”.

Ante la firme actitud de San Martín, Sarmiento levantó el tono de voz y le contestó que los hombres más capaces se encontraban en el exilio y que a Rosas se le hizo fácil permanecer 20 años en el poder por la división de los opositores, a lo cual el General le contestó siempre con amabilidad y reconociendo que hacía años que no estaba en el país: “que ustedes exageran un poco y que sus enemigos lo pintan más arbitrario de lo que es. Sí, conocí en sus mocedades a los generales que usted recuerda: Paz, Lavalle, el más turbulento, Lamadrid, si no más valiente que éste, sin duda con menos cabeza; y si todos ellos, y lo mejor del país como ustedes dicen, no logran desmoronar a tan mal gobierno, es porque la mayoría convencida está de la necesidad de un gobierno fuerte y de mano firme, para que no vuelvan las bochornosas escenas del año 20 ni que cualquier comandante de cualquier batallón le levante a fusilar por su orden un gobernador de Estado. Sobre todo, tiene para mí el general Rosas que ha sabido defender con energía y en toda ocasión le pabellón nacional. Por esto, después del combate de Obligado, tentado estuve de mandarle la espada con que contribuí a fundar la independencia americana, por aquel acto de entereza en que con cuatro cañones hizo conocer a la escuadra anglofrancesa que, pocos o muchos, sin contar sus elementos, los argentinos saben siempre defender su independencia”.

El general San Martín no tenía dudas de qué lado colocarse ante la agresión de una potencia extranjera, Sarmiento y sus compañeros no tenían ningún inconveniente en formalizar alianzas con los enemigos del país.

Quién contó esa entrevista en detalle fue Pastor S. Obligado quién tuvo referencias por Guerrico que estuvo presente en la reunión, dejando constancia que un nervioso Sarmiento interrumpía a San Martín y que llegó a la impertinencia de preguntarle para que servía la “cacareada independencia” si no hay libertades. Ya vimos que cuando Sarmiento se refería a la libertad sólo lo hacía para aquellos que consideraba que eran aptos para disfrutar de ella que era una minoría acomodada.

También como muy bien explica Gálvez, para el prócer liberal la civilización era un estado superior a la independencia, por el contrario el prócer de nuestra independencia reseñó su ideario en una sencilla y magnífica expresión: “Seamos libres y lo demás no importa nada”.

Manuel Gálvez lo sintetiza de esta manera: “El concepto sanmartiniano es el de la independencia a toda costa. El sarmientesco es el de la cultura, la riqueza, la comodidad a toda costa”

San Martín era hombre viejo, con debilidades terrenales, con enfermedades de espíritu adquiridas en la vejez; habíamos vuelto a la época presente nombrando a Rosas y su sistema. Aquella inteligencia tan clara en otro tiempo, declina ahora; aquellos ojos tan penetrantes que de una mirada forjaban una página de la historia, estaban ahora turbios y allá en la lejana tierra veía fantasmas extranjeros, todas sus ideas se confundían, los españoles y las potencias extranjeras, la Patria, aquella Patria antigua, la estatua de piedra del antiguo héroe de la independencia, parecía enderezarse sobre el sarcófago para defender la América amenazada” (Soler Cañas Luís). En la historia oficial, este texto permanece semioculto, a pesar de la importancia que tiene para entender el pensamiento político de quienes en la década de 1860, llegaron al gobierno, y prepararon con la guerra contra el Paraguay y la represión de Cuyo, el camino hacia 1880. Para estudiar la lucha de clases en concreto, en cada momento histórico, y las ideas políticas que genera esa lucha de clases, debemos reconocer que la superestructura no se corresponde mecánicamente con la base de una sociedad, y que es necesario conocer en concreto cómo se expresaba cada idea política, en cada momento concreto. La tarea no es fácil, porque la historia oficial, ocultó, tergiversó, algunas cosas, pero lo fundamental es comprender que el estudio de la historia de las ideas políticas en Argentina, forma parte de conocimiento y la integración que aspiramos a tener con la sociedad argentina.

Revisionismo Histórico Argentino.


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