Te invitamos a descubrir una de las historias más fascinantes de la provincia de Formosa. Una historia real que los años transformaron en un relato
Por: MA FLORENCIA GARCÍA
Una historia de amor y muerte que trae consigo una misteriosa aparición: una mujer vestida de blanco que camina sobre las aguas y asusta a los pescadores. Un relato que mezcla realidad con ficción. Conoce la apasionante leyenda formoseña: Curuzú La Novia.
El paraje de Curuzú La Novia se encuentra ubicado a las orillas de la Laguna Oca, a unos 20 minutos del centro de la ciudad de Formosa. Se trata de un destino turístico que funciona como una zona de camping y pesca y que dispone de una gran diversidad de flora y fauna. Guarda uno de los mayores misterios de la provincia, una leyenda popular que alimenta las creencias paranormales de sus habitantes.
Entre lo cierto y lo incierto
Cuenta la historia que, por aquellos tiempos, vivía una pareja de novios que no podía casarse porque no contaban con los recursos económicos para realizar la ceremonia. Los padres de la muchacha los presionaron hasta que, finalmente, decidieron contraer matrimonio. Los vecinos recibieron con alegría la noticia y los familiares prepararon con entusiasmo la fiesta que se celebraría del otro lado de la laguna.
Ese mismo día, el clima les jugó una mala pasada y sobre el cielo comenzaron a aparecer nubarrones negros que anticiparon una fuerte tormenta. Se dice que los recién casados no querían cruzar, pero se vieron obligados para cumplir con los invitados que los esperaban. Finalmente tomaron valor y se aventuraron a remar hasta el otro lado. Cuando se encontraban a mitad de camino, un fuerte viento los azotó y volteó la canoa en la que viajaban. Con el paso de las horas, los familiares se mostraron impacientes porque la pareja no llegaba y decidieron salir a buscarlos, pero nunca pudieron encontrar los cuerpos.
Se cree que murieron ahogados y que, en repetidas oportunidades, la mujer sale a la superficie para visitar a los pescadores. A partir de ese momento, comenzaron a llamarla Curuzú La Novia, la que no quiere ser olvidada y se pasea por las orillas vistiendo su traje de novia.
Los menos superticiosos aseguran que aquellas luces blanquecinas que aparecen son el resultado de que las aguas de la zona de Curuzú La Novia no corren, sino que forman una gran laguna estancada. El material orgánico que se almacenó genera gases que forman luminiscencias que los pescadores podrían interpretar como la figura de una mujer. Sin embargo, hay quienes aseguran que las apariciones no son solo figuras borrosas, sino que la joven sale del agua, muestra su rostro y augura la buena pesca.
Existe una segunda versión que se remonta al año 1922, cuando Angela Quiroga, una niña de 14 años, contrajo matrimonio un 6 de septiembre con un hombre 17 años mayor. Una testigo relató que ella misma presenció la salida de los novios y los demás invitados, quienes cruzaron de la Isla Oca hasta Formosa. A diferencia de lo que se cree, aquel día el clima estaba tranquilo, pero por motivos que se desconocen el bote donde se trasladaban los recién casados empezó a moverse dando un bruzo giro que arrojó a la pareja a la laguna y provocó la muerte de ambos.
Muchos afirman que la pareja existió y que fue real el trágico final que tuvieron. Sin embargo, el paso de los años hizo que los pobladores sumaran características y narraciones fantásticas que convirtieron aquellos fatídicos hechos en un relato místico que forma parte del folklore formoseño.
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