Existen en la provincia de Corrientes tesoros ocultos, desconocidos o casi olvidados, este es uno de ellos, rodeado de una historia atrapante, digna de ser difundida.
El 31 de marzo de 1899, Lorenzo Tomasella partido desde el puerto de Génova para hacerse la América. Este italiano se instaló en un paraje muy cercano a Goya que con el tiempo se llamaría “Colonia Carolina”.
Durante su travesía transatlántica, la nave que lo traslada sufrió varias tempestades; Tomasella, devoto creyente se encomendó a Nuestra Señora del Buen Consejo a quien le prometió alzar una capilla en agradecimiento a su manda.
Al llegar a la provincia y afincarse fue reconocido por su laboriosidad e inteligencia. Incansable lector, no dejó escapar la obra del Dante, quién seguramente influyó en su posterior obra arquitectónica.
En el campo de su propiedad comenzó a levantar aquella capilla en honor a la Virgen del Buen Consejo, lo hizo con humildad, sencillez, poniendo lo todo de si mismo y con lo mejor que tenían a su alcance. Altares, adornos y la misma imagen de la Virgen fueron talladas íntegramente en madera, a mano por el aficionado artista, a quien sus lecturas le formaron en su obra una perspectiva dantesca.
Al ver los lugareños la ornamentación del lugar no tardaron en bautizaron con el nombre de ‘Capilla del Diablo”.
Hoy a pesar de los saqueos a que sido sometida la Capilla, se pueden apreciarse varias de las figuras de la pared, correspondiente a la sacristía que han sido comparadas con imágenes de la Salamandra (cueva del diablo según la creencia profana del sur de Latinoamérica y explica la denominación del lugar. Las campanas de la Iglesia fueron traídas desde Italia.
La Capilla del Diablo es símbolo de la fe que animo a nuestros antepasados que no vacilaron en realizar innumerables sacrificios desde su partida del suelo natal, pero cuando las condiciones mejoraban, no dejaban de agradecer cada uno a su manera sus buenaventuras.
Por disposición de los familiares en la actualidad esta cerrada para recorrer, pasando a revestir en carácter de tesoro oculto Marisa y Sergio Sebastian Gomez
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