El caburé es un pájaro cargado de buena energía, tiene una gran carga espiritual.
Sus plumas atraen buena suerte y fortuna. Es un ave poderosa y ambiciosa consigue todo lo que quiere. Sus plumas son conocidas por su alto poder mágico.
Los chamanes y /o curanderos hacen un talismán para conquistar al amor con plumas de Caburé.
Cuenta un paisano:
La otra noche fuimos, mi esposa y yo, a cenar a una parrillada cuyo nombre me llamó la atención: "El Caburé". Recordé entonces algunas historias que mi abuelo me había contado, siendo yo un niño. En particular, algunas que versaban sobre afortunados sujetos que poseían algunas plumas de esta ave. Luego de investigar un poco en mi biblioteca, obtuve algunos datos que quiero compartir con ustedes. El caburé es una pequeña ave de rapiña (Glaucidium brasilianum), de color castaño con algunas manchas blancas (especialmente en el pecho) y dos oscuras en la parte superior del cuello. Tiene cabeza grande, patas fornidas, uñas agudas. Grandes ojos de pupila negra e iris amarillo. Habita en bosques de Entre Ríos, Misiones, Río Grande del Sur, Corrientes, Paraguay y el Chaco. Uno de sus métodos de caza es particularmente llamativo: se posa en la rama de un árbol elevado, da un grito dominador y penetrante y mira rápidamente a su alrededor. Los pájaros que se hallan al alcance de su vozy todos aquellos a quienes dirige su mirada, se aterran y entumecen. No pueden huir ni volar sueltamente. Al contrario, como atraídos por un imán se encaminan hacia el caburé, que matará dos o tres de ellos. De aquí que el ave haya ganado fama como una especie de magnetizador o hipnotizador que atrae a los demás pájaros. Y como la magia procede por analogía, entre la gente de campo es regla que quien tiene un caburé o, al menos, alguna pluma de tal ave, puede darse por satisfecho: todo le saldrá bien. El caburé o sus plumas atraen todo cuanto hay de bueno para el hombre. Por ejemplo, atraen la suerte en el juego y en los negocios. Y no solamente en términos materiales, sino también en cuestiones amorosas. En efecto, el afortunado hombre que lleve consigo una o más plumas de caburé, será correspondido por la más esquiva de las hermosas. Por supuesto que, como en todo asunto mágico, el buen resultado dependerá de la fe que tenga el portador. Múltiples historias avalan esta eficacia desde antaño: el paisano que se ganó la lotería, el pulpero que hizo próspero su negocio, el galán que conquistó a la dama de sus sueños... El ingenio popular recogió estas creencias, que incluso pasaron a la posteridad en algún tango, como ser "El Caburé" de A. De Biassi: A mi me llaman Caburé porque soy un tipo que me hago temer donde voy; y a más, yo tengo la virtud de poder amar la palomita más gentil que quiera conquistar. Cuando mi canción entono no hay mujer que pueda retener el ansia de querer amar, sin que la bonita presa pueda escapar, pues con mirarla nada más la encanto con sagaz empeño de aspirar su amor como quien busca en los jardines de la vida la más perfumada flor. Todos envidian las virtudes de mi fe; y las mujeres tiemblan de miedo apenas oyen conversar del Caburé.
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