Muchos son los milagros adjudicados a la Virgen de Itati, pero quizá el más espectacular de todos ellos haya sido el que ocurrió en el año 1748: el milagro del Atajo. Si bien algunas tribus de indios recibían de buena manera a los españoles, otras no eran tan dóciles. Contínuamente esas tribus se unían para llevar adelante saqueos de las poblaciones de españoles asentadas en la región y de otras tribus minoritarias. En el año 1748 uno de esos malones amenazaba con arrasar el pueblo de Itatí. Con las defensas totalmente superadas en número, lo único a que atinó el pueblo fue volcarse al santuario de la Virgen a implorar su ayuda. Cuando el malón llegaba a 5km de Itatí de pronto la tierra se hundió bajo sus pies cortando su avance. La enorme grieta que apareció de la nada engulló a cabalgaduras y jinetes sin distinción y fueron arrastrados por un violento torrente hacia la zona más baja. Muchos indios murieron y el resto no se animó a cruzar. Así la Virgen salvó a su pueblo. Actualmente el zanjón donde la Virgen atajó a los indios, tiene entre 5 y 6 metros de profundidad y un ancho de 10 a 20 metros, en una extensión de por lo menos un par de kilómetros de largo.
Fuente: Don Pucho Encinas
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