Corrientes una provincia gobernada más 400 años por estancieros desde su fundación, cuya idiosincrasia está marcada a fuego por el látigo del patrón comienza a perder todo su patrimonio natural en manos de dirigentes que solo aspiran a llegar a un cargo más alto y llenar sus bolsillos, aprovechando de la ignorancia reinante en un sector de la población que subsiste gracias al trabajo público que da la provincia, mientras el resto vive de changas.
Una provincia manejada como una estancia, donde el patroncito decide quienes tendrán trabajo y quienes estarán marcados (no), ya sea por rebeldes, críticos o peligrosos para el régimen gobernante.
De una población que no llega al millón de habitantes (hasta en eso nos miente el gobierno provincial con su publicidad), casi 350.000 son empleados públicos, 500.000 subsisten como pueden haciendo changas, con empleos en negro, trabajando en campos sin ser blanqueados, en comercios con contratos de prueba, 150.000 vivirían del sector privado, generalmente dedicado al comercio, dado que existen pocas fábricas. Lo que hace del contrabando un tema, más en área de frontera.
Un gobierno conservador, que utiliza una maquinaria y parafernalia electoral aplastante, ganando elecciones por más del 60% en épocas pasadas, ahora parece asentarse aún más, con los nuevos porcentajes obtenidos casi un 70%, dejando en evidencia que el régimen comienza a instalarse con más fuerzas sin ninguna oposición que ofrezca a la sociedad un control sobre las actividades de gobierno, para lograr un equilibrio.
Todo lo contrario, la oposición se ha sumado al régimen para co gobernar, no es nada raro en una sociedad gobernada por castas sociales, donde el apellido pesa más que cualquier curriculum, y el acomodo es moneda corriente para acceder a cargos públicos.
Aquí no compiten partidos políticos, compiten intereses de familias poderosas, que se reparten en diferentes partidos para “poner un pie en cada plato”, se diría que nunca pierden porque siempre se aseguran de tener en el otro espacio un familiar o amigo.
Para entender cómo funciona la política o el poder en Corrientes se precisa conocer quien es quien, y a que familia pertenece para saber a qué intereses responde y defiende.
Este sistema de casta social gobernante propicia el acomodo o el nepotismo, es decir el reparto de los cargos públicos entre familiares, conocidos, amigos, punteros y otros divertimentos a los que acostumbran nuestros dirigentes (amantes, prostitutas, etc, todo eso también corre por nuestros bolsillos).
Este régimen corrupto que establece un sistema injusto donde la oportunidad no la tiene el más formado sino el pariente, amigo o acomodado que le asegure total obediencia al líder, como una manera de cuidarse las espaldas, pero al mismo tiempo condenado a la sociedad a tener un gobierno que no gobierna por ineptitud, por no estar preparados profesionalmente para los cargos que ocupan, haciendo que todo sea una burocracia interminable de notas, pedidos, llamados, etc, ya que cada funcionario nos termina costando muchísimo más caro, debido al sequito o conjunto de personas que se necesita contratar para tapar su vacío de conocimiento, y lo feo es que la mayoría de las veces ni contratan gente, haciendo alarde de sus “contactos”, claro, acá lo importante no es si sos preparado o competente, sino qué contacto tenés para llegar al cargo.
Por eso la mayoría de las movidas, jugadas políticas se resuelven en los famosos asados o reuniones, donde todos fingen ser amigos de todos, pero en la primera de cambio salen a apuñalarse las espaldas con temas que lograron conocer gracias a las reuniones, operaciones mediáticas con temas familiares, carpetazos, fake news, todo vale en el juego del poder local para desbarrancar, acá se hace política pisando cabezas. No les interesa el otro, de chicos son formados en las organizaciones estudiantiles a obedecer y ser el más papista que el papa, volviendo un aparato de espionaje interno para el jefecito, un conjunto de chusmas que no tienen ninguna cualidad o merito pero si quieren compensar aquello con fidelidad al líder, por lo menos hasta que logren el carguito, luego verán si su paraguas le sigue sirviendo o es necesario abrirse en busca de nuevos horizontes.
Nos gobiernan familias y no partidos, nos gobierna una clase social relacionada al manejo de la tierra y la administración pública, nos gobiernan los menos preparados, los desinteresados porque las cosas mejoren para el resto, nos gobiernan los chusmas que buscan lograr un carguito o ascender a cualquier costo. Nos gobierna la mediocridad, la miseria humana, el mundillo de los pasillos de casa de gobierno, la internita, por eso Corrientes es un carnaval, un carnaval triste para la gente del bajo que subiste, mientras el poder discute sus miserias y se reparte la torta.
Difícil cambiar un panorama así, cuando el problema es la cabeza de la gente que avala esta clase de gobierno y formas de pensar, difícil cambiar el panorama con una oposición ficticia que no es más que un riñón del gobierno, se dice que “el gobierno crea su propia oposición”.
Una oposición falsa, cuyos dirigentes estarían en su mayoría pegados en todos los negocios, no resisten ningún análisis, hablan lindo para las cámaras con discursos revolucionarios, usan fotos de dirigentes revolucionarios para amalgamarse, pero se nota que nunca están en la justa, son opositores de la boca para afuera. Y del bolsillo para adentro.
Comentários