Algunas de las leyendas originarias de Brasil hacen referencia también a fenómenos históricos de gran relevancia, como la vivencia por parte de la población indígena de la llegada y los conflictos y luchas con los primeros europeos y concretamente en este caso de los portugueses. También nos cuenta la historia de uno de los líderes indígenas más conocidos de la tribu de Manaós, Ajuricaba.
Dice la leyenda que Ajuricaba nació frente al Río Negro, siendo pronosticado por su abuelo que se volvería el líder de su pueblo y que sería siempre protegido por la diosa del río, Maori. Sus proezas y espíritu guerrero eran notables ya desde joven. Sin embargo, un día llegaron las grandes embarcaciones de los primeros europeos en arribar las costas de Brasil, comandadas por Belchior Mendes y con un armamente muy superior. Pronto estallaron los conflictos entre ambos pueblos, los cuales se mantuvieron durante años.
Los portugueses se retiraron hasta en cinco ocasiones, pero sabiendo que volverían el abuelo de Ajuricaba le daría a este el mando del combate. Ajuricaba utilizaría múltiples emboscadas y lucharía con valor, pero en una de las batalles sería finalmente hecho prisionero y encadenado por los portugueses, que planeaban usarlo como trofeo de guerra y llevarlo a Portugal. Sin embargo, antes de llegar a ello Ajuricaba decidió morir: se arrojó al río, en manos de la diosa que su abuelo pronosticó que le protegería. Se dice que en noches de luna llena aún puede verse en el río una canoa blanca, en la cual viaja Ajuricaba.
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