El curundú era una bebida originaria producida por algunos pueblos guaraníes. Se empleaba, en conjunto con el mate, para enamorar a las personas. La historia se centra en Akãvai, quien se enamoró profundamente de una joven llamada Ryakuã. Sin embargo, ella jamás le dio indicio alguno de que sus sentimientos estuviesen correspondidos. Ante ello, Akãvai recurrió a un hechicero. Este le dijo: “Obtener su amor es posible con esta bebida mágica para el mate, pero el costo a largo plazo será altísimo”. Sin dudarlo, tomó el frasco con la bebida y se lo dio a la chica. Desde ese instante, su sueño se había cumplido. Luego de un tiempo, los sentimientos desmesurados de su amada comenzaron a incomodarlo. Fue así que el “amor” se convirtió en una obsesión tan fuerte que el desencanto jamás cesó hasta el final de los días de Akãvai.
Esta leyenda demuestra que el amor muchas veces no es correspondido. Pero cambiarlo a la fuerza no es la solución. La persona ideal llegará sin magia de por medio.
Comments