Un mono muy pícaro y aventajado que terminó aprendiendo una humilde lección de parte sus amigos del bosque.
Al principio de los tiempos, el mono caminaba por la selva tropical y con engaños y sin el mayor esfuerzo, robaba los alimentos que con mucho trabajo los otros animales habían recolectado.
Valiéndose de su astucia, burlaba uno a uno a los guardianes del apetecible tesoro. Pero al final los animales liderados por el Yaguarundí, elaboran un plan que lo pone al descubierto.
Desde ese día el comienzo de los tiempos cambió, el Mono sintió tanta vergüenza de haber sido descubierto que dejó de andar los caminos y empezó a columpiarse en lo alto de los árboles.
Cuenta la leyenda que los animales del bosque recogen una jugosa porción de fruta, y la dejan en la Ceiba del mono. Es por eso que los monos chillan al final de la tarde, como señal de felicidad y agradecimiento.
Secretaria de cultura del cauca
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