El almamula, tatá cuñá, mula ánima, o mula frailera
Según dice la leyenda este ser era una mujer sin moral, que cometió incesto con familiares directos cuñados, y hasta tuvo relaciones sexuales con el cura del pueblo.
El almamula («Alma Mula»), también conocida como la mulánima («mula ánima»), tatá cuñá o mula frailera, es un ser mitológico del norte de Argentina.
Se la conoce también con el nombre de Alma Mula, Mulánima, Mala Mula, Mujer Mula y Mula sin Cabeza.
El almamula es una mujer transformada en mula Le sucede por haber tenido relaciones amorosas con un cura, o cometido incesto. Se la describe como una mula de color negro o marrón castaño y largas orejas que corre de noche por los campos, echando fuego por la nariz y la boca, y destellos por los ojos.
La acompaña el crujir de su freno de oro, y de tanto en tanto lanza un triste rebuzno. Arrastra también pesadas cadenas, como otros seres condenados.
Dicen que el almamula no suele ser muy discreta, ya que atraviesa poblaciones importantes de noche, a la carrera y con toda su parafernalia. Ante su cercanía, los perros ladran como enloquecidos. Corre a las ovejas. Al parecer, se alimenta solo de carne, cazando animales y también niños.
Según versiones, al almamula le gusta merodear en las siestas calurosas y pesadas del verano, las galerías de las estancias antiguas y los patios de los ranchos. Quién la mire, perderá la vida o será víctima de una desgracia. Su rebuzno, casi humano por el dolor y la angustia que llega a transmitir, estremece a los que lo escuchan.
Para salvar el alma de esta condenada hay que aguardarla en un sitio estratégico con un cuchillo, y cuando pase el almamula cortarle la oreja o las crines. Su sangre al correr, operará como elemento redentor, rompiendo su encantamiento.
El almamula se convertirá en una bella y codiciada mujer. Si algún hombre se detiene a mirarla quedará prendado y por ella abandonará familia, trabajo y amigos para seguirla, y morirá al poco tiempo, consumido por la pasión.
Este encantamiento por la mirada puede darse aunque el Alma Mula o almamula no abandone su apariencia animal.
Imagen: créditos a quien corresponda.
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