Cuenta lo siguiente: "En el norte de la provincia del Chaco, cercano al antiguo Río Bermejo, hace 5 siglos, en la exuberante selva que conocemos como 'El impenetrable', se desplazaban con toda tranquilidad gran cantidad de armadillos, entre ellos el Tatú Carreta. Pero un día ocurrió algo inesperado. Un grupo de hombres armados irrumpió en forma estruendosa la tranquilidad que allí reinaba. Después, se supo que eran los hombres de un gran adelantado español, que venían con el afán de conquistar lo que ellos denominaban 'El Dorado'.
"Con sus arcabuces y ballestas disparaban casi a todo lo que se movía. La matanza de distintos animales que venían realizando les resultaba demasiado fácil, porque éstos, si bien se asustaban por los estruendos que producían los disparos, no los tenían registrados como enemigos.
"Un anciano armadillo decidió darles batalla. Tomó la delantera y atacó a sus nuevos enemigos. Al verlo, los demás armadillos lo siguieron y lucharon a su lado. Con su cola de 50 centímetros de largo golpeaban las piernas de los invasores que caían heridos. Ya en el suelo, eran rasgados por las poderosas uñas de sus patas delanteras. Los demás animales, viendo la valentía de los armadillos, decidieron ayudarlos. Juntos vencieron a los conquistadores que huyeron espantados.
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