EL TOBOROCHI, leyenda guaraní
El Toborochi es un arbol nativo de las selvas tropicales y subtropicales de Sudamérica. Conocido también como árbol botella tiene la particularidad de florecer en plena estación invernal cuando la mayoría de los arboles empiezan a perder sus hojas. Con sus flores de color rosado anuncian la llegada del frío y del otoño.
Cuenta una leyenda boliviana que hace mucho tiempo los espíritus de la oscuridad -los Aña- vivían en la tierra como personas, aterrorizando a los primeros guaraníes asesinando a los hombres y secuestrando a las mujeres.
En una pequeña aldea vivía una muchacha llamada Araverá -Destello en el Cielo-, hija del gran Cacique Ururutï -Cóndor Blanco-. Ella se había casado con el dios Colibrí, Chinu Tumpa, y esperaba un hijo en muy poco tiempo, el mismo que esperaban que se convertiera en el mejor Chamán -Paye- de la región, capaz de derrotar a todos los espíritus del mal.
Los Aña, al enterarse de la noticia, se propusieron matar a Araverá. Montados en sus caballos alados que lanzaban fuego se dirigieron hacia la aldea; pero Araverá, que ya sabía del peligro escapó volando hacia los últimos confines del universo en la sillita voladora que le había regalado su esposo Colibrí.
Los Aña la buscaron en el fondo de las aguas, debajo de la tierra y más allá de las estrellas. Cuando la sillita voladora ya no pudo aguantar el peso de Araverá y de su pequeña criatura dentro de su vientre, descendieron a la tierra y se ocultaron dentro de un Toborochi. Los Aña pasaron de largo y nunca pudieron encontrarlos. Ahí adentro, en la barriga del Toborochi, Araverá tuvo a su hijo. El niño creció y vengó la maldad de los Aña, pero su madre se quedó atrapada en la barriga del Toborochi.
Cuenta la leyenda que, al llegar el frío, Araverá sale convertida en una hermosa flor rosada para que los colibríes vayan a disfrutar de su néctar.
---Fin---
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