EL YAGUARÓN El monstruo del Arroyo San Nicolás
Si se analiza etimológicamente la palabra se deduce que, probablemente, una deformación del vocablo original que seria yaguarú. Podría derivar de yagua y run (metamorfosis de jhu), jaguar o perro negro; o de yaguaru, lobo grande; o de yagua y ñaro: onza feroz. Es decir tigre o perro de agua.
Sin embargo es importante tener en cuenta que el perro es una especie traída por los españoles y el Yaguarón es un ser mitológico prehispanico.
Algunas de las actuales versiones proceden del norte de argentina y sugieren que este animal presenta una cabeza de perro y un cuerpo de serpiente. También hay versiones que dicen que tiene cabeza de pez o de caballo o de vaca. En 1996, el hallazgo de un pez pulmonado en los territorios del parque Rafael de Aguiar de San Nicolás activo la leyenda por un tiempo.
Cuentan las leyendas que se acunaron en las riberas nicoleñas, que el Yaguarón es un monstruo que vive en las profundidades del arroyo que lleva su nombre y que baña las costas de San Nicolás. Por las noches, a plena luna, se desliza sigilosamente y socava las barrancas provocando desmoronamientos que cobran muchas veces las vidas de hombres y animales. Despedaza a sus víctimas para comerles el pulmón, que le permitía vivir eternamente bajo el agua, y despreciaba el resto.
No se lo define con precisión. Es grande, verdoso y de lomo chato. Sus ojos son de lagarto y se destacan los colmillos que tiene en forma de sable, aunque cortos. Asoma sólo parte de su cuerpo a la superficie y se revuelve en las aguas, “alborotándolas”, afirma el antropólogo tucumano Adolfo Colombres en su notable libro “Seres sobrenaturales en la cultura popular argentina”.
Cabe aclarar que las leyendas le sirvieron a los primeros habitantes para darle una explicación mágica a los sonidos del agua socavando las barrancas y a los desmoronamientos, pero además a la pérdida de amigos y familiares que morían ahogados en las cacerías: "Se lo devoró el Yaguarón". No podemos olvidar que se trataba de guaraníes que venían de la zona del Cerro Yaguarón a 30 kilómetros de Asunción y que dejaron a lo largo de la ribera del Paraná diferentes leyendas con una representación entre lagarto y perro. En San Nicolás la forma del Arroyo Yaguarón, desde "La horqueta" (Arroyo del medio) hasta el puerto Ingiero Buitrago (Siderar) si lo vemos del aire tiene una forma de cuerpo de serpiente (serpenteante en el Parque Rafael de Aguiar) y la cabeza de perro en la zona de Somisa.
Pero debemos escuchar a las antigua voces; Teyú Yaguá o Teju Jagua es el primer hijo de Taú y Kerana y uno de los siete monstruos legendarios en la mitología guaraní. La leyenda de los guaraniés es la siguiente:
Debido a la maldición lanzada por Arasy contra Taú por haber raptado a Kerana, su descendencia será por siempre deforme y monstruosa. Así, el primer hijo de la pareja es un enorme lagarto con siete cabezas de perro cuyos ojos lanzan llamaradas. Sus siete cabezas de perro dificultaban cualquier tipo de movimiento.
En algunas versiones, Teyú Yaguá sólo tiene una enorme cabeza de perro. Pero en todas las variantes coinciden en su escasa capacidad de moverse. Su aspecto era el más horroroso de los siete hermanos. Sin embargo su ferocidad fue aniquilada por deseo de Tupá. Era dócil e inofensivo. Aún así era temido por su mirada fulgurante.
Se nutría de frutas y su hermano Yasy Yateré le proporcionaba miel de abeja, alimento de su predilección. Fue considerado como el señor de las cavernas y protector de las frutas. Se lo menciona también como genio protector de las riquezas yacentes en el suelo. Su piel adquirió brillo revolcándose en el oro y las piedras preciosas de Itapé. (Colman, Narciso R. (Rosicrán): Ñande Ypy Kuéra ("Nuestros antepasados"), 1929.
En la provincia de Misiones encontramos un parque provincia protegido denominado Teyú Cuaré (en guaraní: teýú, lagarto, kuaré, cueva; es decir: Cueva del lagarto) es un área natural protegida de la provincia argentina de Misiones. Dentro del parque se puede apreciar una gran cantidad de lagartos.
Una poesía de Rafael Obligado y algunas tradiciones orales fueron los elementos que mantuvieron viva la leyenda.
Un viejo pescador de la zona se acerco una vez al museo de ciencias naturales de San Nicolás y narro un encuentro personal que tuvo con el Yaguarón. Decía que a fines de la década de los noventa, el estaba levantando unos espineles en el río y, aunque era de noche, las luces de una empresa siderúrgica le permitían continuar la tarea. De pronto, algo le llamo la atención a pocos metros de distancia de su canoa. Algo con forma de cabeza de vaca, comenzó a emerger del agua. Mientras se elevaba pudo reconocer que era largo y muy grande, aunque la oscuridad no le permitió registrar mayores detalles. Quedo atónito. Finalmente, la bestia se hundió. El pescador comentó que lo que vio no fue una confusión con algún animal conocido: "no era ningún pescado, ningún bicho del río"
Un trabajo (CD) llamado “La zaga del Yaguarón” de Javier Tisera y Nicolás Ballistreri se presentó en la Feria del Libro de San Nicolás en el 2000 en el que se compila una serie de textos referidos al Yaguarón. El Concejo Deliberante lo declaró de interés municipal así como también el Senado de la provincia de Buenos Aires.
Fuente:
- Colaboracion de Javier Tisera
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