TAVA significa pueblo e "i"es Agua Tabay, el pueblo rodeado de agua o cercano al agua.
El historiador, Leopoldo Jantus, y el profesor del Colegio de Tabay, Roberto Quintana, escribieron sobre el origen del nombre de la localidad y describieron su paisaje.
Tabay pertenece a la cuarta sección del departamento de Concepción, topónimo guaraní que significa (tava=pueblo; í=agua), pueblo cercano al agua o pueblo del agua o rodeado de agua.
Tiene un singular paisaje, natural escenario que se extiende desde la costa del Santa Lucía hasta la costa del Batel, franja de fértil suelo con verde tapiz cuyo relieve hace desplazar las aguas de sus esteros y lagunas hacia uno u otro lado. Esa característica geomorfológica valió para que se le denominara en algún momento al lugar “Entre Ríos”.
Se destaca, entre otros, la histórica laguna limpia, donde sus aguas forman en el amplio lecho que lo contiene la forma de un gigantesco trébol, cuyo pecíolo da lugar al “paso Miño” donde el curso de agua pasa a la laguna Potrerito, esta adopta una forma caprichosa donde una parte finaliza su recorrido en el río Santa Lucía y la otra hacia el estero del Batel, ambos separados por unos 15 kilómetros aproximadamente. Otro estero importante es el llamado “Bordado” por la continuidad de lagunas que semejan gigantescos botones que en épocas de creciente se comunican entre sí.
Sus cristalinas aguas espejos del azul del cielo, bordeados del verde juncal y flotantes camalotes, su riqueza íctica de variado peces, sistema que brindan al hombre y animales, alimentos y la frescura natural de esos recursos.
Erectos vigilantes, permanentes custodios de tan bello paisaje, los infaltables y abundantes yataíes, acuarela que se embellece aun más con la exuberante vegetación formando montes y galerías, de variadas especies; lapacho, guayaibí, timbó, ombú, curupí, sina-sina, tala, laurel, ñapindá, entretejidos por el trepador isipó, formando techo, ofreciendo refugio y sombra protectora, musicalizado por el variado trinar de pájaros que en la fresca brisa de las lagunas y esteros se escuchaban a distancia a los guardianes nocturnos, chajaes, teros-teros, gallos, ladridos de perros, verde pradera y cielo azul, amanecer y atardecer, argéntica luz de luna y aúricos rayos de sol, bóveda de estrellas, el trote apresurado de avestruces o quizás el vuelo de aves nocturnas que con su tránsito dejan estela de notas musicales, impronta de colores variados en tan magnífica porción de suelo correntino.
Al no haber alambrado el hombre se desplazaba con total libertad, en los campos, los ranchos dispersos construidos con materiales de la zona, horcones de dura madera servía de sostén para el techo de paja, de dos aguas con galería, paredes de “rajas”, extraídas artesanalmente de la corteza de la palmera yatay, corte longitudinal y colocados parados con pequeña separación, soporte de tacuaras atadas con tiento le daban rigidez a la paredes, entre raja y raja un “enchorizado” de las hojas de palma, para luego cubrir y dar una terminación tapiando con barro amasado, pintura blanca con cal, sembrando el paisaje de la cuarta sección de dispersos ranchos de blanco color rodeados del verde follaje de sus árboles. Las puertas mirando hacia el norte, ventanas hacia el este y oeste, palenque, sombra y caballos de variados pelajes, aves de corral y cerdos, tambo y horno, patio y cocina humeante, travesaño de tacuara, y “cecina” colgada (viene del latín siccïna, carne seca por la sal, de siccus=seco), junto al “charque” (vocablo quechua=charki), forma parte de la reserva de alimentos, galpón, tabaco, algodón y maíz y mas allá infinidades de animales y plantas silvestre, junto al transitar de carretas y carruajes dejando un surco en el chirriar de sus pesadas ruedas, con rumbo desconocido.
*Adhesión al Sapukai del idioma Guaraní.
1) Leopoldo B. Jantus, exprofesor del Colegio
Provincial de Tabay.
2) Roberto Quintana,
profesor de historia de la citada institución
educativa. Nota del Diario El Litoral.
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